Ciudad Guatemala

Volcán de Fuego: El retorno al lugar donde perdieron a sus seres queridos


A dos años de la tragedia que dejó a cientos de fallecidos, la familia de Eufemia García se vio en la necesidad de regresar a su antigua vivienda ubicada en el epicentro del desastre, teniendo que convivir entre escombros, recuerdos y el peligro latente que la pesadilla se repita.

  03 junio, 2020 - 18:53 PM

El 3 de junio del 2018 quedó marcado en la historia del país. El volcán de fuego hizo una erupción que dejó soterrada a la colonia San Miguel los Lotes, del departamento de Escuintla y con ello a gran parte de su residentes de los que algunos siguen desaparecidos entre las toneladas de arena volcánica.

La colonia es en la actualidad un auténtico pueblo fantasma. Los hogares que fueron el escenario de miles de historias familiares se convirtieron en pedazos de block y tierra que de un momento a otro van a desaparecer.

Pero en medio de este escenario vive Eufemia García, quien aseguró que evadía los controles de seguridad con tal de llegar a la zona del desastre para lograr recuperar el cuerpo de sus familiares.

Ella permanece en una de las dos viviendas que están habitadas en la zona cero del desastre, pasa las tardes en compañía de sus dos perros y al finalizar el día junto a sus hijos y sus nueras que decidieron ocupar junto a ella una de las casas.

Ocupa la mayor parte del tiempo dando lectura a una biblia que un desconocido le regaló cuando pasó algunos días en el albergue, asegura que la fe le ha permitido tomar fuerzas para sobrellevar el dolor y la tristeza, pero en ocasiones los recuerdos son demasiados y le es imposible contener el llanto.

La vida no ha sido fácil

Quien también decidió ocupar otra casa en la zona cero del desastre que dejó el volcán de fuego es Fito Flores, era el esposo de una de las hijas de doña Eufemia quien falleció durante la erupción.

Él decidió no alejarse de su suegra para poderle apoyar en más de algo y junto a un amigo elaboran hamacas para conseguir algo de dinero con que alimentarse.

“Nos sacaron del albergue, fuimos a alquilar un cuarto, nos asaltaron ahí y ya no teníamos paz y tranquilidad…mejor nos venimos para acá, ahora aquí vivimos, Dios es tan hermoso que nos manda la lluvia porque compramos el agua”, explicó Flores.

Él y los hijos de doña Eufemia esperan juntar dinero para comprar otro terreno y construir una vivienda en un espacio seguro, porque existen ocasiones en que el coloso les recuerda que la tragedia puede volver a ocurrir.

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