Ciudad Guatemala

“Es curioso que se peleen por quién recibe primero mi libro, cuando eternamente a las travestis nos han dicho que somos brutas, que no tenemos cultura”


La autora argentina Camila Sosa Villada ha creado algo inédito en la literatura: una novela sobre trabajadoras sexuales trans, escrita por alguien que vivió esa experiencia y que es un éxito tanto editorial como de la crítica.

  04 septiembre, 2020 - 12:05 PM

“Las malas” narra desde adentro, con crudeza, humor y humanidad, la vida de una comunidad de travestis en la provincia central de Córdoba, y se intercala con la historia personal de su protagonista, quien encuentra en esta hermandad su primer lugar de pertenencia en el mundo.

Para Sosa Villada lo verdaderamente trasgresor de su libro no es la parte cronológica, inspirada en sus vivencias personales de hace dos décadas, ni el burdo lenguaje, que hace propios los términos peyorativos que suelen usarse como insultos (travas, putas, maricas…).

Lo que realmente es novedoso, asegura, es la parte surrealista de la novela, surgida puramente de su imaginación.

Como el personaje de una travesti muda a la que le crecen alas. U otra, que por haber nacido séptimo hijo varón, se convierte en loba cuando sale la luna llena.

O una matriarca de 178 años que adopta a un bebé al que llama “el brillo de sus ojos” y al que, milagrosamente, logra amamantar.

A través de ellas, Sosa Villada buscó romper con una de las cosas que más le molestan de las representaciones de personajes trans: “Que no tengan ni un poco de magia, ni un poco de brillo“.

“Creo que es importante hacer roles interesantes para las travestis”, explica la autora en conversación con BBC Mundo desde su departamento en Córdoba.

“Cuando escribí el libro me puse a inventar. Es algo que yo defiendo mucho, porque pareciera que por contar una historia como esta y por ser travesti no tuviera ningún talento inventivo, ningún talento para hacer ficción”, dice la novelista de 38 años, quien ya ha publicado un libro de poemas y un ensayo autobiográfico.

“(Inventar) es mi trabajo también. Sí soy escritora, aunque eso les provoque decepción a quienes dicen que como escritora no soy tan buena como cronista”, afirma.

También asegura que escribir el libro, que le tardó un año y medio: “Fue una experiencia puramente literaria, no fue catártica o autobiográfica”.

Éxito editorial

Es quizás la mezcla indistinguible entre sórdido relato testimonial y mágica ficción, contado con “alta prosa” -como describió el editor del libro, el escritor argentino Juan Forn, autor del prólogo- lo que ha hecho de “Las malas” un verdadero fenómeno literario.

Lanzada por la editorial Tusquets en marzo de 2019, la novela va por su octava edición en Argentina, y ha sido publicada en Chile, Colombia, México, Uruguay y España, y traducida al alemán, francés, noruego y croata.

También está entre los 10 libros nominados para el Premio Fundación Medifé Filba, que distingue a las mejores novelas de Argentina en 2019.

“Es algo totalmente inesperado que una travesti esté disputando el lenguaje allí donde se cuece la literatura“, resalta Sosa Villada.

El éxito del libro no solo le ha dado fama y prestigio a su autora, que ya era reconocida por su trabajo teatral y cinematográfico, ya que, tras estudiar Teatro en la universidad de Córdoba, escribió y representó el popular unipersonal “Carnes tolendas”, en 2009, y protagonizó el laureado film “Mía”, en 2011.

También ha llevado a que se republiquen algunas de sus obras menos conocidas, como el libro de poesías “La novia de Sandro”, publicado originalmente en 2015, que Tusquets acaba de reeditar.

Portada de "La novia de Sandro"

Tusquets
El libro de poemas de Sosa Villada que se reeditó esta semana.

Y se anunció recientemente que “Las malas” dará un salto de la página a la pantalla: una productora argentina adquirió los derechos para convertirla en una serie de televisión.

Para Sosa Villada, quien este viernes participará de forma virtual en el Hay Festival Querétaro 2020, en México, su éxito es una reivindicación.

“Me parece curioso que las personas ahora estén peleándose en las librerías para ver quién recibe primero mi libro, cuando eternamente las travestis hemos sido degradadas y nos han dicho que no sabemos hablar, que somos brutas, que no tenemos cultura, que no tenemos nada para enseñar o para dar”.

“‘Mira cómo se viste’, ‘mira lo que dice’, ‘cómo anda’, ‘qué desparpajo’… bla, bla, bla, y de repente están todos allí leyendo mi libro porque se empezó a gestar algo en la opinión pública que dice ‘hay que leer esto'”, reflexiona.

Contrastes

Sosa Villada cree que la “curiosidad muy única” que está generando su libro pone en evidencia la contradicción de una sociedad que rechaza y desprecia a las travestis en igual medida que las desea.

Tienen que admitir que les gustó“, dice sobre su libro.

Ese reconocimiento social que ha logrado a través de su obra contrasta fuertemente con su experiencia de una década como prostituta, cuando, a pesar de ser un objeto de deseo por la noche, de día sufría todo tipo de discriminación y humillación.

“Las malas” refleja estos contrastes y contradicciones vívidamente.

Una prostituta en una plaza

iStock
Las protagonistas de “Las malas” se prostituyen de noche en una plaza de la ciudad de Córdoba.

En el parque Sarmiento, la zona roja donde se prostituyen las protagonistas de “Las malas”, nunca faltan los clientes, entre ellos esposos, padres, hombres “respetables” de la sociedad y adinerados con autos de lujo que, escudados por la oscuridad, dan rienda suelta a su pasión por las travestis.

Son esas mismas mujeres que de día, ni siquiera pueden ir una farmacia o al supermercado sin tener que lidiar con las miradas y los comentarios de odio de toda la sociedad, incluyendo a esos hombres que, horas antes, se rendían ante el placer que ellas les daban.

Como muestra Sosa Villada en su libro, esta “complejidad” de los hombres que desean en privado aquello que les avergüenza en público hace que para las travestis sea más peligroso y traumático salir a la calle de día que prostituirse de noche.

También explica la “enorme violencia” que sufre la mayoría, dice la autora.

“¿Cómo resuelven (los hombres) esta complejidad? Matándonos o ignorándonos,o dejándonos morir en la cama de un hospital o en una comisaría”, afirma.

Para ellas, en cambio, esta contradicción “que la sociedad ni se cuestiona” es un tema sobre el que están absolutamente conscientes -“Porque en eso se nos va la vida”-, y que las obliga a aprender a “agachar la cabeza” cuando necesitan “desaparecer”.

“A toda travesti se le da, en el reparto de dones, el poder de la transparencia y el arte del deslumbramiento“, dice en la novela la matriarca del grupo, la tía Encarna, en cuya casa rosa, cubierta de plantas, se reúnen las protagonistas y se revela la vida íntima de esta sororidad.

“Hay otras cosas”

Sosa Villada sabe que su creciente popularidad y el hecho de que su novela la ha convertido en una pionera literaria del mundo LGBT, la hacen una referente de la comunidad trans.

“Tengo la convicción de que las travestis le hablamos al pasado, a todo lo que nos pasó, y también le estamos hablando al futuro, a las niñas que van naciendo, que son muchas”, dice.

Imagen genérica de una niña trans, vestida de hada, lavando los platos con su madre.

iStock
“Es importante dejarles (a las niñas trans) otra perspectiva de lo que se puede heredar, para que no sientan que la única salida que tienen es la prostitución”, afirma Sosa Villada.

“Está sucediendo en este preciso momento que hay una niña trans de siete años, de cinco años, de tres años, diciéndole a su padre: ‘Me siento de esta manera'”.

“A esas niñas es importante dejarles otra perspectiva de lo que se puede heredar, para que no sientan que la única salida que tienen es la prostitución. Que hay otras cosas”.

Sin embargo, afirma que para que esas “otras cosas” sean más que una promesa, va a ser necesario que haya políticas públicas que pongan fin a la exclusión laboral que sufren la mayoría de las personas de este colectivo.

Hasta que no haya una ley de cupo laboral trans, asegura la autora, la mayoría de las travestis seguirán condenadas a practicar la prostitución, seguirán siendo la población con mayor prevalencia del HIV (34%, según datos oficiales) y seguirán teniendo una esperanza de vida de 35 años.

Esto, a pesar de que Argentina es uno de los países más avanzados en cuestiones de derechos trans, gracias a la aprobación en 2012 de la Ley de Identidad de Género.

Aquella norma fue la primera en el mundo en garantizar a los trans el cambio de nombre en todos los documentos oficiales sin necesidad de someterse a un proceso judicial ni psicológico, y también garantiza el acceso gratuito a tratamientos hormonales e intervenciones quirúrgicas de reasignación de sexo.

Sin restar su importancia, Sosa Villada advierte que estas medidas no han logrado generar la inclusión social de las mujeres trans.

“Las travestis tenemos que estar en las escuelas, tenemos que ser las maestras de sus hijos, las enfermeras que los curan, la secretaria que le resuelve un trámite a un tipo”, señala.

Personal de salud con guantes de latex y una cinta con los colores LGBT

iStock
La exclusión social de las personas trans solo terminará cuando tengan inclusión laboral, afirma la autora.

“Las mujeres trans tienen que estar produciendo programas de radio, para que los contenidos sean diferentes. Tienen que estar haciendo política”.

Todo tiene que ver con la inclusión laboral“, resume, explicando que hasta que esto no ocurra, incluso figuras reconocidas como ella seguirán padeciendo discriminación.

“Yo veo los comentarios espantosos que ponen algunos en las notas que me hacen y me pregunto qué tanto sirve la visibilidad si las personas son capaces de decir cosas como esa”, afirma.

La escritora confiesa que incluso en su ambiente más íntimo sufre limitaciones por ser una mujer trans, como salir con hombres que no quieren hacer pública la relación.

Dinero

Pero hay un ambiente en el que se rehúsa a seguir padeciendo las limitaciones impuestas a las mujeres transexuales.

Sosa Villada afirma sin tapujos que una de las cosas que más le importan de su éxito es que le genera fortuna económica.

“Pareciera ser algo superficial o pretencioso de mi parte hablar de dinero, pero a las travestis no nos dejan hablar de guita más que cuando estamos negociando el tiempo con un cliente”.

“Entonces me parece importante que empecemos a hablar de guita, de cuánto tenemos que cobrar por nuestro trabajo, de que tenemos que vivir bien, que no tenemos que ser pobres, que no hay ninguna obligación de ser miserables, ni de pasar frío, ni de pasar hambre”, manifiesta.

Camila Sosa Villada

Alejandro Guyot
La agenda de Sosa Villada está repleta de proyectos nuevos… algunos inesperados.

Además de seguir escribiendo -ya publicó su segunda novela, “Tesis sobre la domesticación”– Sosa Villada planea ampliar aún más sus alas artísticas.

Escribirá un libro de relatos para Tusquets, previsto para publicarse en 2021, y es probable que actúe y colabore con la adaptación televisiva de “Las malas”.

Pero su proyecto más inmediato es una obra de danza. “Estamos esperando que pase la pandemia para juntarnos a ensayar, es algo que tengo ganas de hacer hace mucho tiempo”, dice la escritora y actriz, que también ha cantado profesionalmente y ahora bailará.

“Es que soy acuariana”, explica entre risas, ante la sorpresa de esta periodista. “A mi la estabilidad me resulta la cosa más inestable del mundo”.


Este artículo es parte del Hay Festival Querétaro digital, un encuentro de escritores y pensadores que se realiza del 2 al 7 de septiembre de 2020.

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