Ciudad Guatemala

Dan a conocer hallazgos sobre el Bono Familia y sobre cómo ha sido su ejecución


Más de dos millones de hogares están inscritos en programa de ayuda social, pero monitoreo deja ver debilidades en el proceso para acceder a ese beneficio.

  16 julio, 2020 - 18:15 PM

Informe de Paraíso Desigual, Pacto Ciudadano, Oxfam y la Procuraduría de Derechos Humanos refleja las dificultades que enfrentaron los guatemaltecos durante el proceso del cobro del Bono Familia. Ese ejercicio se llevó a cabo en 725 comunidades de 18 departamentos del país.

El Bono Familia es un programa de ayuda social que impulsa el Gobierno para dar una ayuda de Q1 mil durante tres meses a las familias cuya economía se ve afectada por la pandemia de coronavirus.

En el informe, presentado este jueves 16 de julio, dichas organizaciones dieron a conocer varias dificultades para ser beneficiados con el bono. Se encuesto a representantes de las comunidades y se tomaron cuenta datos secundarios del Instituto Nacional de Estadística y del Ministerio de Desarrollo Social (Mides).

Úrsula Roldán, representante de las organizaciones a cargo del monitoreo, dijo que un procedimiento que parecía ser sencillo se complicó al momento de que las personas quisieron ser beneficiadas.

“El procedimiento parece simple, pero se complica por las brechas digitales y de idioma que hay en el país”, señaló Roldán, quien agregó que se debe incrementar el nivel de ejecución y cobertura del Bono Familia.

“Guatemala ha vivido una permanente crisis económica, política y social y ahora evidenciamos un sistema social débil, con falta de estadísticas”, dijo Romero, quien lamentó la ausencia de políticas de Estado que trasciendan la temporalidad de un solo gobierno para trascender en el tiempo con políticas que pueda transformar la nación.

Romero añadió que lo que se espera es que el Bono Familia sea el primer paso para la creación de un programa de ayuda social de cobertura universal.

Postura

Raúl Romero, Ministro de Desarrollo, señaló que el Bono Familia no fue diseñado para beneficiar al cien por ciento de los afectados por la pandemia, por lo que el Gobierno estableció 10 programas con criterios de inclusión y exclusión propios.

Agregó que a la fecha hay inscritos dos millones 653 mil 200 hogares, de los cuales el 72 por ciento lo hicieron por internet, el 27 % por mensaje de texto y el resto por el centro de llamadas, con lo que se demuestra que la población sí tiene accesos a los medios tecnológicos.

Hallazgos

  • En el análisis del padrón reportado por el Mides se destaca que en 133 municipios el número de hogares beneficiarios es menos de la mitad del número de viviendas en  condición de pobreza.
  • En 15 municipios no se había registrado ni una sola persona beneficiaria del programa Bono Familia, ubicados principalmente en el norte y occidente del país.
  • Se registraron 19 municipios donde el número de personas beneficiarias del programa es más del doble (llegando hasta el cuádruple) del número de viviendas en condiciones de pobreza, principalmente en el área central.
  • Un 29% de las comunidades encuestadas reportan que pocos o casi ninguno de los hogares que cuentan con energía eléctrica recibieron el código para inscribirse al programa.
  • Otro hallazgo refleja que a pesar de que las encuestas se efectuaron entre el 16 de junio y el 3 de julio del 2020, en muchas comunidades las familias inscritas aún no habían cobrado el beneficio.
  • Se registra tan solo un 28% de comunidades donde muchos o todos los hogares han lograron hacer el cobro, mientras el 49% de comunidades reportan que pocos o ninguno lo han cobrado.
  • En muchas comunidades reportan haberse inscrito dos o tres semanas atrás.
  • El no haber tenido respuesta y mucho menos una notificación del código para el desembolso, ha generado desconfianza en la población sobre lo certero de recibir el Bono Familia (o “si será mentira”). En otras palabras, según las organizaciones que hicieron el monitoreo, existe una gran incertidumbre sobre el programa, si calificaron y lograrán  cobrarlo,  así  como  especulaciones e interpretaciones particulares.

Limitaciones de información

  • La encuesta reporta que un 64 % de la población considera conocer los requisitos establecidos para calificar para el Bono Familia, es decir, un 36 % no los conoce o solo de forma parcial.
  • A pesar de conocer generalidades sobre el programa, las personas encuestadas mencionan la carencia de información sobre el contenido de este, la población que califica, los procedimientos, la duración de la gestión, las probabilidades de acceso al programa para las familias que cumplan con los criterios y que no posean energía eléctrica y los criterios de exclusión, entre otros.
  • Otro hallazgo es la dificultad que se reporta con mayor frecuencia tiene que ver con el  proceso de inscripción y de cobro.
  • El 48% de las personas encuestadas indicaron que apenas la mitad o menos de las personas de la comunidad supieron cómo inscribirse. La causa de ello radica en el analfabetismo, la dificultad de ingresar una serie de números y la falta de experiencia con herramientas digitales; en otras palabras, las brechas educativas y digitales que enfrenta la población, principalmente rural, indígena y mujeres.
  • El área rural es donde las mayores desigualdades  del  país  se  entrecruzan  para  complicar  el  acceso  a  las  personas  y  las  familias  más  excluidas  (según  el  Censo  del  año  2018,  uno  de  cada  cuatro  personas  son  analfabetas  en  el  área  rural). A falta de experiencia en el uso de herramientas digitales, a las personas se les hace necesario buscar  el  apoyo  de  terceros,  a  veces  con  buenos  resultados  (en  un  40%  de  las  comunidades  se  identifican organizaciones o personas que han apoyado a las personas en este proceso de aplicar al Bono), pero otras veces no (en el 49% de las comunidades).
  • También hay quienes cobran y/o se aprovechan del desconocimiento de las personas (y les roban el código, por ejemplo).

Escaso acceso a plataformas digitales

  • Otra dificultad que se presenta con mucha frecuencia es la falta de acceso a las plataformas digitales necesarias para inscribirse, ya sea por no tener teléfono, saldo, datos de internet o incluso señal de internet.
  • Según el Censo 2018, solamente tres de cada 10 guatemaltecos tuvieron acceso a Internet en los últimos tres meses, mientras en el área rural es solo la mitad de eso, es decir, el 14.3 % de la población. En estos casos, la solución es buscar un café internet o alquilar un teléfono, lo que en un momento de crisis puede implicar gastar los últimos recursos de los que dispone una familia.
  • También se expresó reiteradamente dificultad en el mecanismo de acceso por medio de los contadores y las empresas de suministro de energía eléctrica. De las comunidades encuestadas, un 27% afirma que en su comunidad la mitad o más de los hogares no cuentan con energía eléctrica.
  • En otras comunidades, varias familias comparten un mismo contador o se conectan directamente, justo por su situación de exclusión.
  • Dado que se desconoce la posibilidad de que 200 mil hogares sin acceso a la red de energía eléctrica accedan al programa según la Ley, la población considera que el mecanismo de acceso no es el más justo debido a que genera barreras para la población más excluida.
  • Las rutas alternativas anunciadas tampoco se adaptan a las realidades; por ejemplo, la exigencia de presentar declaraciones juradas en el caso del uso de contadores compartidos entre más de un núcleo familiar.

Dificultad para uso de cajero

  • Según el monitoreo, en el occidente en Totonicapán,  Quiche y  Huehuetenango,  sobre  todo, se reporta que hay una “gran” dificultad en el cobro por medio del cajero.
  • No hay mucha experiencia en su uso, por lo que las personas beneficiados optan por trasladarse al banco en la cabecera municipal o pedirle favor a otra persona. Ambas opciones presentan riesgos: la primera, por la posibilidad de encontrar grandes aglomeraciones en los bancos y la segunda, por exponerse a ser víctima de estafa.
  • Las distancias hacia las cabeceras municipales muchas veces son largas. Se reportan grandes aglomeraciones en los bancos de las áreas urbanas.
  • El toque de queda abona a la dificultad de realizar la gestión en el tiempo permitido, sobre todo para personas oriundas de comunidades lejanas.
  • En 10 % de las comunidades encuestadas (77) se reporta que algunos hogares enfrentaron anomalías en el acceso al Bono Familia. Las más comunes son usurpación del código y robo de recibos del servicio de energía eléctrica.
  • Entre las conclusiones del monitoreo destaca que se evidencia preocupación porque las familias con mayor necesidad no queden incluidas, como aquellas que no cuentan con energía eléctrica, que comparten contadores, que se conectan de forma directa y también algunas que están inscritas en otros programas sociales y teman ser excluidas del Bono Familia.
  • Un ejemplo son las 86 comunidades que integran la denominada Zona Reina y que no han recibido ninguna información de los 10 programas del Gobierno, según el monitoreo.

Recomendaciones

  • Aumentar el nivel de ejecución y cobertura del Bono Familia
  • Brindar apoyo institucional en la inscripción y ofrecer información
  • Asegurar la inclusión de las familias con mayor necesidad
  • Agilizar y comunicar mejor el proceso
  • Difundir información pertinente a través de medios de comunicación locales
  • Crear puntos de denuncia en las localidades
  • Verificar el servicio gratuito de las empresas telefónicas y de internet para la inscripción
  • Sensibilizar a la población sobre el buen uso del bono
  • Desarrollar un programa único universal
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